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Protección Solar
Introducción
En este post sobre protección solar vamos a intentar resolver todas las dudas que consideramos más importantes y que pueden ayudar más a nuestros lectores.
El sol tiene muchos efectos beneficiosos sobre nosotros, aumenta las defensas del sistema inmunitario, mejora el estado de ánimo, regula el ciclo circadiano, activa la síntesis de vitamina D, entre otros.
El verano es la época del año en la que exponemos nuestra piel de forma prolongada a las radiaciones del sol, pero ¿Qué efectos tiene en la piel está exposición de forma continua? En el post de Rutina de Cuidado Facial comentábamos brevemente la importancia de fotoprotegernos de la radiación. En este post profundizaremos más sobre el tema y hablaremos sobre distintos puntos para aclarar todas las dudas que nos puedan surgir al respecto.
¿Qué es un fotoprotector?
Para empezar, en términos generales, un fotoprotector es todo aquello que nos evita una radiación directa del sol, pudiendo ser una camiseta, un sombrero, gafas de sol o por supuesto una crema con protección solar.
¿Cuáles son los filtros que existen?
Hay dos tipos de filtros solares, los filtros físicos o minerales y los filtros químicos.
Los filtros físicos o minerales no se absorben en la piel y ejercen una acción de bloqueo frente a los rayos del sol, sin embargo los filtros químicos sí penetran en nuestra piel y actúan absorbiendo la radiación de los rayos ultravioleta.
Los filtros minerales están más indicados para pieles sensibles o para niños pequeños, ya que al no absorberse no irritan la piel. Se formulan con partículas naturales, entre estas partículas se encuentran el dióxido de titanio o el óxido de zinc.
El único inconveniente de los filtros minerales es que los protectores suelen ser muy densos y pueden dejar un residuo blanco en la piel, aunque hoy en día esa desventaja se ha ido solventando.
En los filtros químicos sin embargo, se puede adaptar mejor la textura del fotoprotector dependiendo de la necesidad o situación y además no manchan la ropa.
¿Por qué utilizar un fotoprotector?
Pues Bien, el fotoprotector debe utilizarse en cualquier época del año, (de hecho es el cosmético que nunca debería faltar en nuestro neceser). En verano esta protección debe acentuarse, puesto que hacemos un uso excesivo del sol.
Nos exponemos de manera desmesurada, por lo que utilizar un fotoprotector puede reducir o evitar los efectos nocivos del mismo, dado que una exposición excesiva a las radiación puede provocar cáncer en la piel y daño en el ADN de nuestras células, lo que se traduce en el fotoenvejecimiento provocado por los rayos solares.
Además, debemos reaplicarlos cuántas veces sea necesario, dependiendo del Factor de Protección Solar (SPF) de la crema. Siempre recomendamos que como mínimo tenga un SPF +30, aunque este solo nos indica el tiempo que estamos protegidos frente a los rayos UVB.
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¿Qué tipo de radiaciones cubre un Protector Solar?
Sin duda lo más recomendable es utilizar una protección de amplio espectro.
Puede llegar a cubrir hasta 4 radiaciones:
UVB ( Radiación Ultravioleta B)
Es una radiación con una longitud media. Llegan hasta la epidermis y son los responsables de la quemadura solar, del bronceado, alergias solares y cáncer en la piel.
Como hemos dicho en el anterior punto, para saber cuánto tiempo te está protegiendo un protector debes mirar el SPF que indica el envase. Cuanto más alto sea mayor será el tiempo que te está protegiendo.
UVA. (Radiación Ultravioleta A)
Es una radiación con una longitud de onda larga. Es capaz de penetrar en capas más profundas de la piel y también atravesar las nubes y el vidrio. Al contrario que los rayos UVB, estas no producen quemadura solar pero si causan daño a largo plazo, como el fotoenvejecimiento de la piel, produciendo aparición de manchas, arrugas por la disminución de las fibras de colágeno y elastina, alergias solares y cáncer en la piel.
Por lo general, si un fotoprotector también protege frente a esta radiación ira indicado en el envase con el símbolo de UVA en un círculo y si además está acompañado del símbolo PA+++ quiere decir que la protección es muy alta.
IR-A. (Infrarrojos)
Este tipo de radiación supone el 50% de la radiación total. Son los que provocan el calor en la piel cuando nos da el sol. Tiene capacidad para llegar a las hipodermis por lo que puede actuar directamente sobre las células. Se ha visto que produce envejecimiento y daños en la piel. La manera de neutralizarla son con el uso de antioxidantes incorporados al fotoprotector.
Luz visible
Hay muchos colores dentro de esta, pero la que más nos interesa es la luz azul ya que forma parte de la radiación solar y también de los dispositivos electrónicos. Esta luz es capaz de pigmentar la piel y producir manchas, principalmente a los fototipos más oscuros. Por supuesto la luz del sol es la principal causante y con la que se relaciona directamente la aparición de manchas. Si bien es cierto que hoy en día no hay evidencia suficiente para saber si los dispositivos emiten una luz tan intensa como para pigmentar la piel, se podría decir que todo suma, por lo que sería recomendable protegerse de la radiación incluso estando en casa.
El tema de la protección frente a la luz visible está en continuo avance, pero a día de hoy lo más utilizado frente a esta protección son los antioxidantes.
¿Qué es la Protección vía oral?
Se trata de antioxidante que ayudan a reforzar la resistencia de la piel para evitar que se produzca la quemadura y proporcionar una protección más completa. Por lo general entre sus funciones están la protección y reparación del daño que se haya producido durante y tras la exposición al sol.
El más conocido es el Helecho Polypodium Leucotomos una planta que pasó de vivir en el agua a vivir en la superficie terrestre. Se ha visto que tiene propiedades antioxidantes, inmunoprotectoras, protectoras del ADN, fotoprotectoras y antienvejecimiento.
Esta protección no sustituye a la protección vía tópica, pero si es un buen complemento ya que por lo general no solemos echar la cantidad adecuada de protector solar ni reaplicarlo todas las veces que deberíamos.
¿Cuánto fotoprotector se debe aplicar?
Para estar bien protegidos hay que ser generosos con el fotoprotector. Debemos intentar aplicarlo unos 30 minutos antes de la exposición al sol. Lo ideal es que para el rostro se extiendan dos líneas en dos dedos. Y para el resto del cuerpo calculemos la cantidad de un vaso de chupito o unos 30 ml.
Si aplicamos esta regla comprobaremos que un envase de fotoprotector nos debe durar muy poco, pero es la mejor manera de asegurarse una correcta protección. Además debemos renovar el protector solar cada año si lo hemos utilizado el año anterior, puesto que con el paso de los meses pierde efectividad y puede crear una falsa sensación de que estamos protegidos.
¿Por qué es importante proteger la piel de los niños?
Como hemos comentado, la protección incluye todas aquellas medidas que nos permiten protegernos de la radiaciones solares.
La piel de los bebes no ha completado su desarrollo definitivo por lo que no se recomienda la exposición al sol en bebes menores de seis meses.
Los niños pasan mucho tiempo al aire libre pero hay que intentar evitar en la medida de los posible la exposición al sol en las horas centrales del día. También son el grupo de población en la que más debe extremarse la fotoprotección, ya que los efectos dañinos de la exposición a la radiación UV son acumulativos e irreversibles. Pueden tener efectos inmediatos como el eritema (enrojecimiento de la piel), hiperpigmentación o quemadura solar, y además, la exposición temprana e intensa durante la infancia es el principal factor de riesgo de cáncer de piel.
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